La vitamina K2 es un micronutriente liposoluble y una de las dos principales formas de la vitamina K. Es un micronutriente porque el cuerpo lo necesita en cantidades pequeñas y se disuelve en grasa para facilitar su absorción en el cuerpo.
En general, la vitamina K es sintetizada en el colon y activa las proteínas responsables de la coagulación sanguínea, el metabolismo del calcio y la salud del corazón. Una de sus funciones más importantes es fomentar la calcificación de los huesos, es decir, regula la deposición de calcio y previene la calcificación delos vasos sanguíneos y los riñones. Por esto se puede concluir que la vitamina K2 es esencial para una buena salud arterial y ósea.
La vitamina K2 posee grandes propiedades antioxidantes, curativas y antiinflamatorias. También ayuda mucho para el aspecto de la piel.
Este nutriente posee unas propiedades antioxidantes similares a las de la vitamina E, que le permiten ralentizar la aparición de arrugas, ojeras y manchas. Además, combate el desgaste interno causado por la edad, como daño renal, cardiaco y hepático.
Los efectos curativos y antiinflamatorios de este micronutriente ayudan a reforzar la barrera natural de la dermis y acelerar la cicatrización de heridas. Hidrata y protege la piel para reducir la inflamación y mejorar visiblemente las ojeras, rojeces, imperfecciones y acné.
Al mejorar la circulación de la sangre en las venas diplóicas, aumentan los folículos pilosos y se regulan las hormonas inhibidoras que pueden acelerar la alopecia o calvicie.
La vitamina K es un grupo de nutrientes que juegan un papel esencial en el funcionamiento del cuerpo. Se dividen en vitaminas K1 y K2.
La vitamina K1 participa en la coagulación de la sangre y la vitamina K2 beneficia la salud ósea y cardíaca. Para mantener una buena salud, asegúrate de obtener cantidades adecuadas de vitaminas K1 y K2 a través de tu dieta. Recuerda que debes tener la aprobación de un médico profesional para despejar cualquier duda sobre su consumo o cantidad sugerida.